miércoles, 20 de diciembre de 2017

Día de Navidad

Durante muchos años los seres humanos se han preguntado cómo lograr la Consciencia del Cristo. El primer paso poderoso está en el reconocimiento de la Gran Presencia Yo Soy, Dios morando en nosotros. El segundo paso está en el uso de esa Presencia Yo Soy, pues cuando dices “Yo Soy”, comprendiendo lo que esto significa, habrás entonces, ahí mismo, entrado en la consciencia del Cristo. Esto no significa que inmediatamente expreses la plenitud de esa Consciencia Crística, pues primeramente debes saber hacia dónde vas y que deseas hacer antes de poder realizarlo.

Todos los Seres Ascendidos han recorrido el mismo sendero y realizado el mismo esfuerzo, pues todos los caminos conducen al Gran Sol Central, a la Divinidad, pero unos son más cortos que otros. Es cuestión de saber elegir, según las fuerzas y deseos de cada uno. Y cuando se llega a la comprensión o el vislumbre de la Verdad, entonces queda a la vista un solo camino conveniente, el más corto, aunque más escabroso para el peregrino que así decide Ascender.

Nuestro Amado Hermano y Maestro Jesús realizó una de las más grandes bendiciones para la humanidad al dar no solamente el ejemplo Eterno y Radiante desde su nacimiento y realizar la Ascensión, sino también al entregarse enteramente a la humanidad. Poco pueden comprender los que no han ascendido lo que esto significa para la humanidad. Este es un Faro Eterno que les hace señas para que sigan adelante hacia la Luz, y en el ejemplo de la Ascensión Jesús estableció, definitivamente, no solamente lo que se podría hacer, sino lo que eventualmente hay que hacer. Grandes, como fueron las maravillas que pudo ejecutar, dio la maravillosa promesa de que: “aún mayores obras que éstas harán ustedes”. Muchas veces los discípulos se preguntan qué cosas mayores de las que hizo Jesús pueden realizar, pero Él nos dice que Él solo realizó unos pocos de los servicios que se pueden prestar a nuestros semejantes.

…Este día de Navidad siempre simboliza el comienzo consciente de la más maravillosa de todas las realizaciones: la Ascensión. En el momento en que el discípulo se hace consciente de este hecho, el proceso de su propia Ascensión ha comenzado, y en la medida de su entendimiento de esta Verdad, el discípulo podría necesitar mayor o menor tiempo para lograrla.

Enseñanzas extraídas de “El Libro de Oro” del Maestro Saint Germain.

¡¡¡Que la Presencia Radiante de la Luz del Cristo en sus Corazones los Ilumine, los Guíe y los Proteja!!!

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