martes, 12 de diciembre de 2017

Control de si mismo

El primer paso hacia el control de uno mismo es aquietar toda actividad externa, tanto de la mente como del cuerpo. Dedicar de quince a veinte minutos por la noche antes dormir, y por la mañana antes de comenzar tu día, haciendo el siguiente ejercicio, hará milagros para todos aquellos que hagan el esfuerzo necesario.

El segundo paso es asegurarse de no ser perturbado y después de lograr estar muy quieto, imagina y siente tu cuerpo envuelto en una Radiante Luz Blanca. Los primeros cinco minutos mientras visualizas este cuadro, reconoce y siente intensamente la conexión entre el ser externo y el Magno Dios Interno, enfocando la atención en el corazón y visualizándolo como un Sol Dorado.

El siguiente paso es el reconocimiento: “Yo acepto gozosamente ahora la plenitud de la Magna Presencia de Dios, el Cristo Puro”. Siente el gran brillo de la Luz e intensifícala en cada célula de tu cuerpo durante unos diez minutos más.

Luego finalice la meditación con el comando siguiente: “Yo Soy un Hijo de la Luz, Yo Amo la Luz, Yo Sirvo a la Luz, Yo Vivo en la Luz, Yo Soy Protegido, Iluminado, Provisto y Mantenido por la Luz, y Yo Bendigo la Luz”. 

Recuerda siempre que uno se convierte en aquello sobre lo que medita, y puesto que todas las cosas proceden de la Luz, la Luz es la Suprema Perfección y Control de todas las cosas. 

La Contemplación y la Adoración de la Luz obligan que se dé la Iluminación en la mente –que la Salud, la Fuerza y el Orden se manifieste en el  cuerpo- y que la Paz, la Armonía y el Éxito se manifiesten en los asuntos de cada individuo que realmente quiera hacerlo y busque mantenerlo. 

Extracto del Libro "Misterios Revelados", Enseñanzas del Maestro Saint Germain.

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